Las cosas que nunca te dije

Mira, mi vida, que de saber que te irías tampoco te lo hubiera dicho todo.

Detesto ver tu lugar vacío en la mesa cuando viajas y sin importar el tiempo, espero ansiosa tu llegada. Habla más fuerte, que nunca puedo escucharte bien cuando estás del otro lado del teléfono. Adoro verte feliz cuando me cuentas tus nuevos proyectos o el más raro de tus sueños. Vete a vivir a donde quieras, pero de vez en cuando regresa.

Siempre exageras. No tienes ochenta y siete pecas. Deja de preocuparte tanto por tu cabello. No llames a gritos al futuro. Nunca dejes de cantar las canciones que te gustan. Sigue encontrando la inspiración para tus letras en las cosas burdas, en las cosas más pequeñas.

Por fin vi las llamas del dragón al que tanto admiras, y tampoco pude contener las lágrimas de alegría. Ya me tomo la vida sin azúcar, la dosis de dulzura que necesitaba, me la dejó tu sonrisa.

Te busco en miradas que después de unos segundos, se me olvidan. Cada nueva canción me grita tu nombre. Te veo en lugares donde sé que nunca estás.

Me he dado permiso de ser el fuego de mis propias cenizas, también de exprimir las nubes que se esconden en mis ojos y de dejarme llover y de volverme diluvio e inundar el mar.

Mi partitura ya no brilla si no es tu sol quien la ilumina. El piano está desafinado desde que no escucha la tesitura de tu risa. El frío que siento, me va congelando la sangre despacito. Ya no puedo con tanto vacío.

Me dejaste un profundo abismo en el pecho y unas ganas de saltar en él sólo para encontrarte dentro. No entiendo cómo es que el tiempo pasa tan lento. Me está consumiendo el desasosiego.

Mira, Martín, que de saber que te irías tampoco te lo hubiera dicho todo. Hubiera luchado por que te quedaras, Me hubiera aferrado a ti. De saber que te irías, me hubiera aferrado con todas las fuerzas (que ahora me faltan cada día) a tu vida.

Desde esta saudade inmarcesible, para Martín Villalpando Camarena.

Gracias infinitas a Columba y a Martín por abrirme su corazón

y volverse la tinta de mi pluma en este texto.