La tristeza de quererte
Quererte es andar en una casa sin luz, sin ventanas; una casa donde sólo a cierta hora, por la rendija de la puerta, nos visita la resolana.
Se nos acabó el tiempo
Por fin me aprendí el poema de Neruda que usaste como pretexto para volar, sabiendo que podías regresar sin pasaporte a la ciudad que guardo