Desde donde te extraño
Para Martín, desde hace cuatro años. Siempre.
Desde donde te escribo parece que la lluvia no cesa y que las nubes grises, sólo de vez en cuando, se alejan.
La cafetería que bauticé como nuestra ya no es más tardes doradas ni balcones y paredes con poesías. Me sobran noches. Me falta sueño. Poco a poco se me acumulan lágrimas que aparecen en los más inesperados momentos.
Quisiera tender un puente entre este lugar que no reconozco, con tu ausencia dándome la mano, y tu cielo, para dejar de coincidir sólo a ciertas horas; para que se detenga la avalancha de recuerdos que me palpita en el pecho.
Estoy agotada de intentar que las flores de mis manos no se marchiten; porque, a veces, sin tus sonrisas cómplices y tu brazo izquierdo rodeando mi cuello, todo me parece abismo.
Desde el lugar donde te extraño cambiaron muchas cosas con tu partida; he tenido que aprenderme sola los caminos de regreso y te extraño de memoria todos los días, aunque sé que nunca estás lejos.