Te digo adiós
"Te digo adiós y acaso te quiero todavía..."
Como el niño que se despide del dibujo que hizo con el vapor de la ventana, sabiendo que su obra se habrá diluido con las gotas de rocío la siguiente mañana. Te digo adiós antes de empezar a construir castillos sobre arena movediza.
A ti y a mi afán de no terminar(nos). A las tardes viendo cómo las nubes, los aviones y la vida pasan, mientras sentimos el césped húmedo en la espalda.
Hasta que mi memoria se olvide de los detalles imperfectos de tu cuerpo. Para acabar con la tortura de que me descobijen tus besos.
Te digo adiós para poder diluir tu recuerdo con el café matutino y acostumbrarme a tu ausencia (siempre a medias), aunque me provoque frío.
Esperando que mi lugar vacío en el lado derecho de tu cama también se despida y no se quede a habitar tus sábanas nuevas; así como espero el insomnio diario y dejo que el sueño me venza a la hora que más le convenga.
"... Pero te digo adiós para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti"
—José Ángel Buesa.